Julie Matthews no era una fanática del béisbol y tampoco sabía quién era Mariano Rivera. Fue su hermano, Ronnie, quien le presentó al tan querido juego de pelota, el cual, en compañía del lanzador istmeño, le terminaría salvando la vida.
En el 2005 a Matthews le diagnosticaron leucemia mielógena aguda, una enfermedad que intentó arrebatarle su existencia en dos ocasiones, sin embargo ella no se dio por vencida y encontró su inspiración para ganar la batalla cuando vio por primera vez en el diamante al orgullo de Puerto Caimito.
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La fascinante historia de Julie ha vuelto, nunca mejor dicho, a cobrar vida en medios estadounidenses, tras la reciente inclusión de Mariano al Salón de la Fama de las Grandes Ligas, con el 100% de los votos.
Matthews, quien escribió su experiencia en side-out.org, relató que durante todas sus sesiones de quimioterapia imaginaba a las células cancerosas moviendo su bate en el plato, y en el montículo a 'Mo' Rivera ponchándolas para evitar así que estas le restaran calidad a su vida, una actividad que para ella fue bastante efectiva.
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En 2013, tras superar sus tratamientos, vencer la enfermedad y salir adelante tras la repentina muerte de Ronnie, Matthews pudo ver jugar a Rivera en el Yankee Stadium.
Para Matthews aquella ocasión le sirvió para "celebrar la victoria y llorar la pérdida".
"Mariano fue una parte clave de mi tratamiento para la leucemia. Estoy llorando porque estoy feliz por estar saludable y también lloro porque estoy triste, porque nunca podré contarle a Ronnie sobre este momento. Estoy llorando porque parece ser el momento perfecto para hacerlo, para celebrar la victoria y llorar la pérdida. Esa es la gran metáfora del deporte y la vida y es muy poderosa", redactó.
Mariano fue una parte clave de mi tratamiento para la leucemia.
Julie Matthews dijo que el ver béisbol junto a sus seres queridos hacía que se olvidara de su problema de salud.
Ayudó a Julie a vencer la leucemia.
49
años tiene el panameño.